Esta semana está resultando de lo más emocionante a nivel personal. Ya publiqué en el anterior artículo el reencuentro con las "Nuevas (aunque viejas y queridas) Músicas", es decir, sintesistas, minimalistas, neofolkloristas y gente del New Age. Pero sin duda alguna, ayer cuando pinché en un título en francés que pertenecía a un Kyrie de una misa no pensé que fuera a escuchar lo que estaba empezando a oir apenas.
¡POR FIN!
MÁS DE LA MITAD DE MI VIDA QUERIENDO SABER CUAL ERA AQUELLA OBRA, EL NOMBRE DE LA MÚSICA QUE ME ENGANCHÓ PARA SIEMPRE EL ALMA UN VERANO DE MI TIERNA ADOLESCENCIA.
La historia ocurrió más o menos así. A pesar de las malas lenguas se puede casi afirmar que yo no tuve "edad del pavo", o si la tuve duró poco y fue muy discreta. A los catorce o quince años me disponía a empezar una de esos descomunales proyectos de verano que siempre crees que vas a poder hacer y que luego fracasan, me disponía a empezar un puzzle. En aquellos tiempo no era un rico apoderado como ahora, que hasta como tres veces al día y tomo café, cosa que en España está empezando a ser un lujo. En aquellos tiempos no tomaba café porque no tenía dinero, no me daban paga. Para un adolescente de hoy en día estas palabras resaltadas en negrita serían la entradilla para una gran exclamación interrogativa ¡¿QUE NO TE DABAN PAGA?! Pues no, si me daban dinero era para algún gasto bobo como cintas de cassette y no siempre. Una de esas veces de las que no me dieron intenté reutilizar alguna de mis cintas viejas de los doce o trece años, pero empezaba a escucharlas y no me decidía nunca por ninguna de ellas. Todas aquellas cintas guardaban para mí recuerdos queridos de amores no conseguidos, tardes de sueños inacabables e inalcanzables. ¡Vamos, que no quería borrar ninguna! Entonces apareció por allí una cinta sin nombre, negra, de cromo ( las mías eran siempre de las más baratas: transparentes, llenas de pintarrajos de títulos bobos y de mala calidad, muy mala calidad ). Aquella cinta no podía ser mía, ni tampoco la recordaba como una de aquellas amorosas cintas de música de niños que teníamos en una caja ajedrezada detrás de la puerta de la habitación de la Mami en un mueblecito de cajones y altillo muy chulo que no se en qué mudanza se perdió. En aquella cajita blanquinegra estaban algunos de los tesoros de mi infancia OYE MIRA, PIPO EN ARCADIA, y un montón más de cintas chulas. Definitivamente no era ninguna cinta conocida. Un demonio de esos pequeñitos que se coloca en tu hombro me aconsejó borrarla sin más y sobreimpresionarla con los cascajos que escuchaba entonces. Bueno, algunos de esos "cascajos" todavía venden millones de discos incluso con los artistas muertos. Pero no le hice caso. Si hay algún niño o adolescente leyendo esto que tome mi consejo: NO HAY QUE HACERLE CASO AL DE ROJO CON CUERNOS, MEJOR HACERLE CASO AL DE LA TÚNICA BLANCA CON HALO EN LA CABEZA Y ALAS.
El caso es que algo de caso si le hice y borré una cara. Pero al empezar la otra quedé extasiado ante lo que escuchaba. Voces puras, con melodías entrelazadas, uniéndose y encadenándose en el tiempo y en el espacio a mi alrededor, llenado absolutamente cualquier punto de la habitación de luz y de paz. Aquellas voces eran las del coro inglés TALLIS SCHOLARS y jamás han dejado de ser mi grupo favorito. Las pocas veces que he tenido el placer de escucharles en vivo ha sido una experiencia tan sublime que no he podido más que desear ser como ellos. Ha veces, hasta he fantaseado con llegar a cantar con ellos. Por supuesto quedó así, como otro de los inalcanzables sueños de adolescente "musicaherido" ( como habría dicho Delives si hubiera sido músico en vez de escritor).
La cosa no acabó allí, claro está. ¿De quién era la cinta? ¿Qué habría grabado en la otra cara? Deducir que si no era mía era de mis hermanos era bastante fácil, máxime si ellos ya cantaban en el Coro de Cámara Alonso Lobo, que hombre, no son Tallis Scholars, pero lo hacen de maravilla y los años que canté con ellos en el coro me hicieron ser inmensamente feliz y un músico totalmente realizado como tal.
Volviendo al tema. ¡La había liado gorda! Decidía hacer lo que hubiera hecho todo adolescente, deshacerme de la cinta, pero no pude asi que la guarde con mucho celo y la escuchaba encerrado en las habitaciones mientras que hacía puzzles, mientras que estudiaba, o simplemente ganduleaba. Aquel verano descubrí el RENACIMENTO MUSICAL Y LA POLIFONÍA VOCAL en una de sus expresiones más bellas y a través de unos de los mejores representantes de ese estilo de música en el mundo.
Nunca supe que obra era. Sin embargo recordaba perfectamente la música del tema principal con el que iniciaban las frases las distintas voces. La busqué y busqué por toda la ciudad, pero la Cuenca pueblerina de mi adolescencia ( ahora hay internet ) no ponía a tu disposición un mundo muy amplio de nada, de nada de nada. He conocido a mucha gente experta en Renacimiento, y le he cantado la obra, pero nada de nada ( aquí pensaba que tal vez era yo que no recordaba bien la pieza, pero no, no era yo). No era yo el que no recordaba la pieza porque cuando comenzó a sonar la voz del contralto la otra noche cuando pinché en un enlace a:
Josquin Des Prez: Missa l'Homme Armé Sexti Toni 1. Kyrie
el corazón me dio un vuelco. Se me puso el estómago patas arriba y se me erizó el vello.
ACABABA DE ENCONTRA LA OBRA , AQUELLA OBRA. Y ME PUDO LA EMOCIÓN.
Volvieron mil momentos de música con esta obra y con otras igual o mejores que he cantado.
Y ME PUDO LA EMOCIÓN. TODAVÍA ME PUEDE SOLO AL ESCRIBIR ESTO.
Si pinchais en el enlace de arriba se llega a YouTube y de ahí se puede escuchar la misa entera.
Yo, aquí, os dejo el Kyrie soñado mil veces. Recordado otras mil y por fin encontrado.
Como decía al final del artículo anterior MIL GRACIAS A TODA LA GENTE QUE COLOCA EN INTERNET TANTO MATERIAL HERMOSO Y QUE HACE FELIZ A LA GENTE. GRACIAS.
Ja, ja, ja, seguro que Luiscar o Cham se volvieron locos buscándola. Me he reído mucho imaginándome la escena, con tu edad del pavo que sí existió y los demás sufrimos, tumbado en la cama al lado de la ventana y flipando con los Tallis, vaya tela...
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